Es sano conocer qué tipos de pensamientos son funcionales y cuales son disfuncionales. Cuando alguien me expresa sus problemas ya percibo ciertos matices de su personalidad en la forma de hablar.
- Todo/nada: “todo me sale mal, nada me va bien”. Ya vemos un pensamiento absoluto.
- Minimización: “Tengo una voz bonita, pero eso no lo es todo en la persona”.
- Magnificación: “Cuando se enteren de lo que he hecho me despreciarán”.
Estos son tan solo algunos ejemplos de cómo no es recomendable hablar ni pensar. El lenguaje negativo desgasta y contagia las emociones negativas frente al positivo que contagia lo mejor de ti.