La felicidad y la infelicidad no son algo frívolo: tienen impacto en nuestra salud mental y física. Ser feliz no es un estado… Es una decisión diaria y tiene mucho que ver con dar y recibir. La felicidad ha de ser con uno mismo y con las relaciones: somos la media de las personas con las que estamos diariamente y podemos contagiarnos de sus emociones positivas y también de las negativas. Cuando entreno emocionalmente en consulta a las personas para que sean más felices les preparo ejercicios individualizados para que los puedan hacer en su casa y que les generen bienestar y aprendizaje…así como desaprender lo que tenían mal aprendido. La felicidad no es un don sino un arte que requiere voluntad y práctica. Las personas felices son cálidas, risueñas, de corazón bondadoso, hablan sin herir y poseen una mente flexible. Las personas más felices que he conocido se quieren, saben “decir no” sin sentirse culpables pero también saben poner sus virtudes y sus fortalezas al servicio de la Humanidad. Ser feliz es muy saludable.
Entradas recientes
Etiquetas
acción
amor
aprender
autoestima
cambio
compromiso
crisis
desaprender
droga
eficaz
emociones
fracaso
gestionar
habilidad social
inteligencia
inteligencia emocional
maximizador
mente
meta
miedo
negociar
optimizador
optimosmo
paciente
padres
pareja
pensamiento absoluto
pensamiento único
perfección
positivo
prejuicio
quimica
rechazo
relación
relación social
respeto
riesgo
salud
saludable
sentimiento
sexualidad
solución
TDAH
trabajo
trastorno