Si aprenden a decir no sin sentirse culpables están logrando que su hijo les respete. El respeto se gana, no se regala.

No es positivo desautorizar a su pareja, ni establecer un montón de reglas, sino unas pocas en función de la edad del niño. No hemos de regañar al niño en presencia de todos sino en privacidad porque ellos lo interpretan como una humillación. Poco a poco hemos de aumentar el papel del niño a la hora de tomar decisiones que afecten a su vida. Impartir disciplina y reforzar lo que haga bien. No darle todo hecho. Que empiece a realizar tareas con independencia.

Id paso a paso. Escuchadlo. Premiad lo positivo (con refuerzos verbales) e ignorar rabietas y llamadas de atención.

Educar requiere tiempo e inteligencia emocional. Es un proceso del día a día. Sea coherente. Si pide orden a su hijo usted tenga orden. Si pide que no diga palabrotas usted es ejemplo: no las diga…

Los adultos más queridos por los niños son aquellos que son respetados porque ponen límites y no se dejan chantajear.