Las conversaciones son fundamentales para comunicarnos unos con otros. Las no abordadas, los temas tabú aumentan los problemas. Pongamos un ejemplo: un padre que percibe un comportamiento raro en su hijo y evita preguntarle si se droga. Evitar ese tema lo hará más grave.

Evitan otros padres y educadores el tema sexual. Otro prejuicio con negativas consecuencias.

Parejas que evitan hablar de lo que le molesta del otro, o de lo que le ha fastidiado de su familia política. Esto sólo traerá consecuencias negativas, porque enmascarar los problemas es simplemente tapar y no afrontarlos.

Las situaciones no se evitan, se afrontan. Se hablan y se negocian. No prohíba porque lo prohibido apetece más.

Diálogo y negociación: dos pilares para una excelente comunicación.