Se trata de pensar, de exprimir las ideas propias, de reflexionar en un mundo donde todo se impone con prisas. La prisa no es sinónimo de eficacia. Pensar requiere tiempo.

Muchos artículos en facebook, prensa,… son al final un copia y pega. En un siglo donde hay crisis lo más necesario son ciudadanos que tengan ideas propias y no se aferren a los pensamientos de otros.

Se necesitan emprendedores pero de verdad. De esos que sienten lo que dicen y cuando hablan transmiten una fuerza enorme y tal emoción que te apetece ponerte en pie e interrumpirlo con un bravo o un aplauso. Cuando imparto charlas miro los rostros y no veo bostezos, veo ilusión.

¿Queremos cambios? Pues seamos el cambio que queremos ver en el mundo.
¿Queremos valores? Pues empezad a decir a los hijos que si te pegan, tú has de defenderte, pero sin pegar.
¿Queremos estabilidad emocional? Pues aprendamos a no querer controlarlo todo porque ni podemos, ni es sano.

Abramos la mente al mundo de la acción y de la idea nueva. Tengamos mentes flexibles y enseñemos a las mentes dogmáticas lo sano que es atreverse a cambiar de bando cuando se está preparado.

Es hora del cambio. ¿Te atreves?